Si España tuviera un Olimpo empresarial, Rafael del Pino y Calvo-Sotelo tendría un asiento reservado… probablemente en primera clase, con peaje incluido y exento de impuestos de ruido mediático.
Discreto hasta el extremo, ingeniero por convicción y multimillonario casi por accidente (guiño, guiño),
Del Pino es el cerebro detrás de Ferrovial, una empresa que empezó asfaltando carreteras y terminó pavimentando aeropuertos, autopistas y balances financieros dignos de envidia mundial.
Pero vayamos por partes, como se construyen las grandes obras… y las grandes fortunas.
Orígenes: hormigón, disciplina y apellido respetable
Rafael del Pino nació en Madrid en 1958, en una familia donde la palabra empresa no era un concepto abstracto sino una forma de vida. Su padre, Rafael del Pino Moreno, fundó Ferrovial en 1952. En aquellos años, España necesitaba carreteras más que influencers, y el negocio del asfalto era casi una misión patriótica.
Desde joven, Del Pino hijo entendió dos cosas:
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El poder no siempre hace ruido.
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El cemento bien colocado dura décadas… igual que las buenas decisiones empresariales.
Formación: ingeniería, Harvard y el arte de no improvisar
Nada de “emprendedor autodidacta desde el garaje”. Rafael del Pino estudió Ingeniería de Caminos en la Universidad Politécnica de Madrid y luego se fue a Harvard Business School. Porque claro, si vas a heredar una constructora, más vale aprender cómo convertirla en una multinacional sin perder el control del volante.
En Harvard no aprendió a levantar puentes (eso ya lo sabía), sino algo más delicado:
👉 cómo hacer que el dinero trabaje mientras tú no sales en la prensa.
El heredero que no se conformó con heredar
En 1992, Rafael del Pino asumió la presidencia de Ferrovial. Muchos pensaron:
“Ah, otro heredero con traje caro”.
Error.
Mientras otros empresarios soñaban con ladrillos, Del Pino soñaba con concesiones, gestión de infraestructuras y, sobre todo, ingresos recurrentes. No quería construir carreteras… quería cobrar por usarlas durante décadas.
Y así Ferrovial empezó a cambiar:
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Menos obra puntual
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Más autopistas de peaje
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Más aeropuertos
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Más contratos a largo plazo
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Menos dependencia del ciclo político español (detalle nada menor 👀)
La jugada maestra: salir de España sin hacer ruido
Mientras muchos empresarios españoles decían “España es el mercado”, Del Pino pensó:
“España es el punto de partida.”
Ferrovial se expandió a:
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Reino Unido
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Estados Unidos
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Canadá
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Australia
Gestionar Heathrow, autopistas en Texas o infraestructuras en Canadá no es casualidad: es ingeniería financiera con casco y corbata.
Y cuando el entorno regulatorio español empezó a parecer un campo minado… Ferrovial ya tenía el pasaporte sellado.
El traslado a Países Bajos: cuando el silencio gritó
En 2023, Ferrovial anunció el traslado de su sede a Países Bajos. Oficialmente:
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Mejor marco jurídico
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Mayor seguridad para inversores
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Acceso a mercados internacionales
Extraoficialmente (usted saque conclusiones):
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Menos sustos regulatorios
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Más previsibilidad
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Y una fiscalidad… digamos… más amistosa
Del Pino no levantó la voz. No hizo discursos incendiarios. Simplemente movió la ficha.
Ajedrez puro, sin necesidad de dar explicaciones emocionales.
Fortuna: discreta, pero pesada
Rafael del Pino suele figurar entre los hombres más ricos de España, con una fortuna estimada en varios miles de millones de euros.
Eso sí:
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No presume
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No da entrevistas innecesarias
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No vende cursos
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No hace frases motivacionales en LinkedIn
Su riqueza es como una autopista bien diseñada: fluye sin que la notes.
Perfil personal: el millonario que no quiere ser famoso
Casado, padre de familia, extremadamente reservado.
Nada de yates en Instagram ni escándalos públicos. Su mayor “polémica” es no hablar.
En un mundo donde el ruido es moneda, Rafael del Pino eligió el silencio como estrategia. Y funciona.
Conclusión: el empresario que entendió el poder real
Rafael del Pino no es el empresario más carismático, ni el más mediático, ni el más tuitero.
Es algo más peligroso (para la competencia):
👉 Es paciente.
👉 Piensa a 30 años.
👉 Construye estructuras que cobran solas.
Mientras otros levantan edificios, él levantó un sistema.
Y en los negocios, eso vale mucho más que salir en la foto.






